Parroquia Nuestra Señora de la Merced celebró su fiesta patronal

Obispo Tomás Carrasco presidió la eucaristía destacando la alegría de celebrar a la Santísima Madre.

Este domingo y tras jornadas de preparación que incluyeron la celebración de un triduo parroquial, la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de La Merced festejó con una eucaristía su fiesta patronal 2023 presidida por el obispo de Calama Tomás Carrasco Cortés, quien ofició junto al párroco del lugar padre Javier González.

La misa que por primera vez presidió en el lugar el recientemente ordenado obispo Tomás Carrasco debió trasladarse al exterior del templo, reuniendo a representantes de todos los sectores que corresponden a la jurisdicción de la parroquia La Merced; San Ramón Notato, Santa Teresa, Sagrada Familia y Nuestra Señora de los Dolores.

En su homilía el pastor mencionó la alegría de acompañar a la comunidad que celebra a la Virgen, “damos gracias a Dios por tener primero una madre, como lo dice muy bien el Papa Francisco ¡Qué grande somos los cristianos católicos, no somos huérfanos!”.

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Destacó el amor y misericordia de Santísima Madre de La Merced, “porque estamos celebrando también a la Virgen María, que atiende a sus hijos, que los quiere libres, y cuando los vio atados por la esclavitud, sufriendo porque estaban siendo oprimidos por el pueblo musulmán, aparece allí la Virgen María porque quiere a sus hijos libres. Y libres, desde la misericordia, desde el amor, desde la cercanía, desde la ternura de una madre”.

Agregó en este mismo sentido que la Madre de la Merced quiere a sus hijos libres. “Hoy día la esclavitud no es la esclavitud de un pueblo para los cristianos. La esclavitud hoy día es las atracciones del mundo. La esclavitud hoy día para la sociedad, es todo aquello que nos impide ser libres, ya sean los vicios, las atracciones, el deseo de ser más que otros, incluso también el poder.  Estamos siendo esclavos de tantas formas y que cada día lo vemos como avanza la humanidad. por eso hoy Nuestra Madre Santísima nos viene a hablar que nos quiere libres para amar, libres para servir, libres para utilizar la misericordia”.

Monseñor Carrasco Cortés apuntó que hay algunos desafíos para continuar alejando las ataduras como de aquello que nos hace esclavos del mundo. “El primero es la misericordia, es decir, tener corazón abierto para acoger todas las fragilidades del hombre, pero también darnos cuenta de las nuestras para colocarlas en manos de Dios y nuestra Madre Santísima, para que nos haga libres para amar y servir a la manera de Cristo”.

El segundo desafío que planteó es “¿cómo poder tener a Cristo en el corazón, ser templo de Él, para tener ese deseo de vida eterna?, pero también el deseo de anunciarlo en la tierra. ¿Qué me retiene?, decía San Pablo, el deseo de seguir extendiendo el Reino de Dios” (…) llevar a Cristo en nuestro corazón, porque lo llevamos en cada eucaristía, lo comemos y nos hacemos uno con Él”.

Como tercer desafío el obispo sugirió las enseñanzas de Jesucristo, que se muestra como un Padre que conoce las necesidades de sus hijos y le da a cada uno lo que necesitan. Un Padre que es justo, que no comete injusticia y que nos llama a trabajar en su viña cuya paga final es a vida eterna”.

Finalmente, el pastor de la Iglesia de Calama invito a los fieles presentes en la eucaristía a preguntarse, “¿dónde quiere el Señor que desarrolle mi vida, mi misión, la que me pide para tu iglesia, que es la gran viña?, ¿dónde quieres y cómo quieres que la lleve?, Es buena pregunta también para hacernos hoy día, para replantearla una y otra vez y para dejar que Dios la responda.  No olvidemos las palabras de la Virgen María. Hagan lo que Él les pide. Qué me pide, el Señor, ¿hoy día?”.

En nombre de la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, el párroco Javier González agradeció la participación de la comunidad y especialmente del obispo por acompañarlos en esta Misa. En la oportunidad aprovechó de comentar que en los próximos días volverán a invitarlo al sector para la bendición de la remodelación del presbiterio en el templo parroquial y en la que todos han colaborado para concretar la obra.