Fiesta de San Francisco de Asís en Chiu Chiu: Un Llamado a la Paz y la Misericordia

Obispo Tomás Carrasco presidió la Misa principal que reunió a cientos de fieles en el pequeño poblado al interior de Calama.

Este 4 de octubre, la localidad de Chiu Chiu se vistió de fiesta para conmemorar a su santo patrono, San Francisco de Asís, con una emotiva celebración que reunió a toda la comunidad parroquial que incluyó a todas las comunidades del Alto Loa, Cosca y Ollagüe. La misa principal, oficiada por el obispo Tomás Carrasco Cortés, destacó por un profundo mensaje que invitó a reflexionar sobre la verdadera espiritualidad cristiana, inspirada en la vida del santo.

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En su homilía, el obispo Carrasco se centró en la figura de San Francisco como un ejemplo de conversión profunda y amor a Dios y al prójimo. “Estamos celebrando la santidad de Dios, que nos muestra su rostro de misericordia y cercanía a través de los santos», expresó el obispo, subrayando cómo San Francisco, a pesar de haber vivido inicialmente centrado en lo material, descubrió que la verdadera riqueza se encontraba en el amor a Dios y en el servicio a los demás.

La figura de San Francisco fue presentada como un ejemplo de alguien que, al encontrar a Dios, abandonó todo lo material para seguir el camino del amor y la humildad. «Cuando descubre a Dios, va descubriendo que las riquezas que tenía no le daban la misma felicidad que el amor a Dios», dijo Carrasco, recordando cómo el santo decidió seguir los pasos de Jesucristo en la pobreza y la humildad extrema, dedicando su vida a los más necesitados.

Uno de los momentos más emotivos de la homilía fue cuando el obispo habló sobre el profundo gesto de amor y misericordia que San Francisco tuvo al besar a un leproso, un acto que simboliza su completa entrega al prójimo, especialmente a los más marginados. “Desde ese día, ya ama a Dios, pero también ama al pobre, ama al más miserable», relató el obispo, destacando el compromiso del santo con los más vulnerables.

El mensaje central de la homilía fue un llamado a la comunidad a seguir el ejemplo de San Francisco no solo en admiración, sino en acción. «No se trata de seguir a San Francisco, sino a aquel que él siguió: Jesucristo», afirmó el obispo. En un mundo marcado por la violencia, la división y las guerras, el obispo instó a los presentes a ser «instrumentos de paz», tal como lo fue San Francisco, recordando la oración que el santo dejó como legado: «Haz de mí un instrumento de tu paz».

El obispo también hizo un fuerte llamado a la unidad y al perdón en tiempos de conflicto y división. “Donde haya división, sea yo quien ponga la unión», dijo, alentando a los fieles a asumir un compromiso personal con la paz y la reconciliación en sus hogares, comunidades y vecindarios.

La homilía concluyó con una reflexión sobre el papel de cada cristiano en el mundo actual: ser luz en la oscuridad, esperanza en la desesperanza y alegría en medio de la tristeza. «San Francisco nos enseña que tenemos que ser otro Cristo para esta tierra», sentenció el obispo Carrasco, cerrando con un mensaje lleno de esperanza y fe para todos los presentes.

Por su parte el padre David Vargas Cabana, párroco del lugar agradeció la participación de los fieles en estos días en que se preparó un nuevo aniversario parroquial con la celebración de la novena con la visita del santo a las casas en las que se rezó y pidió por los habitantes de este territorio, la entrada de los Bailes Religiosos y los festejos que son parte de esta tradición. Al respecto hizo un ferviente llamado a continuar perseverando en la mantención de estas tradiciones y en la que se trabaje para que los habitantes originarios y especialmente los abuelos puedan mantenerse en este territorio sin tener que ir a la ciudad para pasar sus últimos días.

La celebración continuó la tradicional procesión por las calles del pueblo, la que fue acompañada por  cantos y danzas de los Bailes Religiosos en honor al santo, reafirmando así la devoción y el espíritu comunitario que caracterizan a esta pequeña localidad del desierto chileno.