En el marco de la Solemnidad de Corpus Christi, celebrada con gran fervor este fin de semana en El Loa, los fieles se congregaron en el Colegio Padre Alberto Hurtado y en los poblados del interior para manifestar su devoción a la entrega amorosa de Cristo presente en la eucaristía.
Las celebraciones fueron presididas por el obispo Tomás Carrasco Cortés, oportunidad en la que resaltó el mensaje de esperanza y misericordia contenido en el sacramento de la Eucaristía, enfatizando su capacidad para acoger a todos, especialmente a los arrepentidos. La grandeza de este sacramento radica en su capacidad para acoger a todos, independientemente de sus fallas y errores.
Agregó que la Eucaristía es la cumbre donde todos encuentran lugar, y exhortó a que nuestras vidas reflejen esa amplitud y altura espirituales. instando a los fieles a convertirse en sagrarios vivientes de Cristo, irradiando su luz al mundo con valentía.
El pastor de la Iglesia loína destacó la trascendencia de este día en la vida de los fieles católicos, la importancia de la Eucaristía y su significado en la fe cristiana. También hizo alusión a la figura de la Virgen María, destacando su papel como la primera en recibir y compartir el cuerpo de Cristo, así como su importancia en la festividad de la visitación a su prima Isabel, “que gracia más grande que estas fiestas hayan caído este año, casi con un día de diferencia, porque María es la primera que se hace sagrario de Jesucristo, la primera que experimenta la Eucaristía, el Cristo vivo, la primera que recibe dentro de su corazón y dentro de su vida a Jesús, pero también la primera que lo transporta, se hace vehículo de Cristo para llevarlo a los demás”.
El obispo Carrasco contextualizó la historia de la fiesta de Corpus Christi, remontándose a la Edad Media, donde la fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía fue reafirmada a través de diversos milagros eucarísticos. Asimismo, resaltó la relación de esta celebración con el Jueves Santo, momento en que Jesús instituyó este sacramento durante la última cena.
«Esta es la sangre de la Alianza Nueva y Eterna, el que beba de esta sangre tiene vida, el que coma de este cuerpo tiene vida, esta es mi carne», resaltó Monseñor Carrasco, subrayando el profundo significado espiritual de la Eucaristía como el memorial del sacrificio de Cristo por la salvación de la humanidad y por lo tanto centro de la fe cristiana.
Luego de la celebración de la Misa, los fieles participaron en la procesión con Jesús Sacramentado en Calama como en los pueblos andinos del interior de El Loa, oportunidad en que se hizo manifestación pública de fe en Cristo vivo y presente en el Santísimo Sacramento.