Con una misa de acción de gracias y un emotivo almuerzo fraterno, el clero diocesano de Calama celebró el 88º aniversario del Padre Enrique Olivé Turu, sacerdote que ha dedicado más de 50 años a su ministerio en la Diócesis San Juan Bautista.
La celebración inició con una eucaristía en la que el Padre Ricardo Sotelo le correspondió referirse a la vida y misión del padre Enrique destacando entre otras cualidades muy significativas, su sencillez, paternal estilo de sacerdote y hermano como en su permanente servicio a la comunidad de fieles loína. Al mismo tiempo expresó su gratitud a Dios por la vida y entrega del sacerdote por los más necesitados, recordando su llegada desde la Diócesis de Barcelona como misionero y su vasta trayectoria pastoral en la región de más de 60 años, la mayor parte del tiempo acompañado por su hermana María Rosa Olivé que también estuvo presente en este homenaje.
Entre las muchas tareas que el Padre Enrique ha llevado a cabo en la diócesis, resaltan su desempeño como párroco en Chuquicamata, su papel como fundador del Hogar de Ancianos «Mi Hogar» y su responsabilidad como Administrador Episcopal de la Diócesis de Calama en períodos clave.
Después de la misa, los sacerdotes compartieron un almuerzo en un ambiente de alegría y camaradería. En este espacio, los asistentes volvieron a felicitar al Padre Enrique, reconociendo su ejemplo de compromiso y servicio que ha dejado una huella profunda en la historia y en la vida pastoral de la comunidad.
El Padre Enrique Olivé Turu, de origen español, sigue siendo un testimonio vivo de entrega y amor por su vocación, inspirando a las nuevas generaciones de sacerdotes y fieles laicos.