Con una emotiva liturgia que reunió a más de un centenar de personas, la comunidad católica de Calama dio inicio a la Semana Santa con la celebración del Domingo de Ramos en la Plaza 23 de Marzo. El obispo de la Diócesis San Juan Bautista, Mons. Tomás Carrasco, presidió la Eucaristía, que fue concelebrada por el padre José Luis Plaza M.
La ceremonia comenzó con la bendición de los ramos, signo con el que los fieles conmemoran la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén. Desde ese gesto, el pastor invitó a la comunidad a vivir intensamente estos días santos, en los que se recuerda la pasión, muerte y resurrección del Señor.
En su homilía, Mons. Carrasco destacó el sentido profundo del Domingo de Ramos:
“Nos hemos reunido en esta plaza, nuestra plaza de Calama, 23 de Marzo, que la hemos transformado hoy en un templo para elevar nuestra plegaria a Dios”, expresó. Añadió que este tiempo de Cuaresma ha sido una oportunidad para preparar el corazón y la vida, y así reconocer lo que se debe dejar atrás y lo que debe incorporarse en la vida cristiana.
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El obispo recordó que así como el pueblo sencillo de hace dos mil años alabó a Jesús y lo proclamó Rey, también hoy los creyentes están llamados a abrir su vida para que Cristo entre en ella:
“Ese Rey quiere entrar a reinar también en tu vida, en tu corazón, quiere hacer allí su reinado de amor, de paz, de justicia, de entrega”, afirmó con fuerza.
Asimismo, Mons. Carrasco advirtió sobre las actitudes de rechazo a Cristo en la sociedad actual:
“No lo dejemos que nos saquen a Cristo de las familias, de las instituciones, de allí donde se ha instalado para reinar”, exhortó, animando a los fieles a ser firmes en la fe y a proclamar con valentía a Jesucristo como el Rey de sus vidas.
Finalmente, el obispo alentó a vivir con alegría y esperanza esta Semana Santa, recordando que la Resurrección es el centro de la fe cristiana:
“Que este domingo que hemos comenzado la Semana Santa sea para nosotros un gozo de celebraciones, un gozo de vida nueva y un gozo de vida eterna”, concluyó.