

Con una significativa y emotiva jornada de fe, la Diócesis San Juan Bautista de Calama celebró este domingo Fiesta de la Sagrada Familia, la Clausura del Jubileo “Peregrinos de Esperanza”, congregando a fieles, sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos en torno a un año marcado por la misericordia, la reconciliación y la esperanza cristiana.
La celebración se inició en la Plaza 23 de Marzo, donde los asistentes participaron de un espacio de reflexión personal y comunitaria, invitándolos a reconocer cómo el Jubileo influyó en sus vidas y a depositar esos signos de conversión y gratitud en la Cruz del Jubileo. Este momento estuvo acompañado por la presencia del cantante católico Fernando Leiva, quien animó el encuentro con su música y testimonio evangelizador.
Posteriormente, los fieles realizaron una breve peregrinación hacia el templo Catedral San Juan Bautista, encabezados por la Cruz del Jubileo, para dar paso a la Misa de Clausura de este acontecimiento eclesial convocado por el Papa Francisco y vivido intensamente durante todo el año en la Iglesia local.
La Eucaristía fue presidida por el Obispo de Calama, Monseñor Tomás Carrasco, quien en su homilía agradeció el don del año jubilar, invitando a la comunidad a reconocer la acción de Dios en la vida cotidiana y a vivir el Jubileo no como un rito que termina, sino como un camino permanente de misericordia. En su reflexión, destacó a la Sagrada Familia de Nazaret como modelo de fe sencilla y confiada, subrayando que el verdadero Jubileo se prolonga en los vínculos humanos, especialmente en la familia, en el perdón, la compasión y el amor cotidiano.
Asimismo, Monseñor Carrasco llamó a la Iglesia diocesana a seguir siendo una comunidad sin fronteras, cercana a quienes viven situaciones de dolor, migración, fragilidad o exclusión, reafirmando que allí donde hay un hermano que necesita, está llamada a estar presente la Iglesia de Calama.
En el marco de esta celebración, se vivió además un momento especial para la diócesis, ya que 13 aspirantes al diaconado permanente recibieron el alba, signo de su compromiso y continuidad en el proceso formativo, junto a sus familias, reafirmando su disponibilidad generosa al servicio de la Iglesia.
La Iglesia de Calama cerró el Año Jubilar 2025 con un fuerte llamado a seguir caminando como “Peregrinos de Esperanza”, llevando a la vida diaria los frutos de la reconciliación, el perdón y la misericordia celebrados durante este tiempo de gracia.