La Catedral San Juan Bautista de Calama fue uno de los templos de El Loa en la que se participó de la celebración de la Vigilia Pascual, ceremonia litúrgica que conmemora la resurrección de Jesucristo y que marca el momento más importante del calendario cristiano. La celebración fue presidida por el obispo de la Diócesis San Juan Bautista, Mons. Tomás Carrasco Cortés, quien, acompañado por fieles vivieron una noche de profunda espiritualidad y esperanza en la que también se celebraron doce bautizos.
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La Catedral San Juan Bautista de Calama fue uno de los templos de El Loa en la que se participó de la celebración de la Vigilia Pascual, ceremonia litúrgica que conmemora la resurrección de Jesucristo y que marca el momento más importante del calendario cristiano. La celebración fue presidida por el obispo de la Diócesis San Juan Bautista, Mons. Tomás Carrasco Cortés, quien, acompañado por fieles vivieron una noche de profunda espiritualidad y esperanza en la que también se celebraron doce bautizos.
Durante la liturgia, se proclamaron las lecturas tradicionales que recorren la historia de la salvación, desde el Génesis hasta los evangelios, culminando en el anuncio gozoso de la resurrección del Señor. En su homilía, el obispo Tomás Carrasco destacó que la Vigilia Pascual es una celebración que nos revela el paso de las tinieblas a la luz, recordando el paso de la esclavitud a la libertad, y del sepulcro vacío a la promesa de vida eterna.
“Con mucha, mucha alegría nos encontramos en esta noche, una noche especial. No solamente porque tenemos doce bautizos, sino porque celebramos lo que hemos esperado estos días: la resurrección del Señor”, expresó el obispo al iniciar su predicación.
Carrasco centró su mensaje en la figura de Abraham y su acto de fe en el sacrificio de Isaac, como símbolo del abandono confiado en Dios, y lo vinculó con la entrega de Jesucristo como el Cordero Pascual. “La vida del hijo de Abraham ha sido reemplazada por un cordero que después simbólicamente es Jesucristo, que se sacrifica por todos nosotros y derrama su sangre para salvarnos”, explicó.
El prelado hizo un llamado a los fieles a no dejar pasar la oportunidad de recibir la salvación que Cristo ofrece. “Les anuncio una gran alegría: las puertas del cielo están abiertas para ti, para mí. Dios ha vencido la muerte y tú tienes vida eterna, pero tienes que acogerla”, insistió.
Finalmente, alentó a los presentes a vivir como verdaderos discípulos, aprendiendo la pedagogía del Maestro, especialmente a través del amor. “Hemos pasado de la tiniebla a la luz con Cristo, que nos ha abierto el camino a la eternidad. Cuida este regalo que se te ha dado: la vida eterna”, concluyó.
La celebración continuó con la liturgia bautismal y la Eucaristía, en un ambiente de recogimiento, gratitud y júbilo por el triunfo de la vida sobre la muerte.
La Catedral San Juan Bautista de Calama fue uno de los templos de El Loa en la que se participó de la celebración de la Vigilia Pascual, ceremonia litúrgica que conmemora la resurrección de Jesucristo y que marca el momento más importante del calendario cristiano. La celebración fue presidida por el obispo de la Diócesis San Juan Bautista, Mons. Tomás Carrasco Cortés, quien, acompañado por fieles vivieron una noche de profunda espiritualidad y esperanza en la que también se celebraron doce bautizos.
Durante la liturgia, se proclamaron las lecturas tradicionales que recorren la historia de la salvación, desde el Génesis hasta los evangelios, culminando en el anuncio gozoso de la resurrección del Señor. En su homilía, el obispo Tomás Carrasco destacó que la Vigilia Pascual es una celebración que nos revela el paso de las tinieblas a la luz, recordando el paso de la esclavitud a la libertad, y del sepulcro vacío a la promesa de vida eterna.
“Con mucha, mucha alegría nos encontramos en esta noche, una noche especial. No solamente porque tenemos doce bautizos, sino porque celebramos lo que hemos esperado estos días: la resurrección del Señor”, expresó el obispo al iniciar su predicación.
Carrasco centró su mensaje en la figura de Abraham y su acto de fe en el sacrificio de Isaac, como símbolo del abandono confiado en Dios, y lo vinculó con la entrega de Jesucristo como el Cordero Pascual. “La vida del hijo de Abraham ha sido reemplazada por un cordero que después simbólicamente es Jesucristo, que se sacrifica por todos nosotros y derrama su sangre para salvarnos”, explicó.
El prelado hizo un llamado a los fieles a no dejar pasar la oportunidad de recibir la salvación que Cristo ofrece. “Les anuncio una gran alegría: las puertas del cielo están abiertas para ti, para mí. Dios ha vencido la muerte y tú tienes vida eterna, pero tienes que acogerla”, insistió.
Finalmente, alentó a los presentes a vivir como verdaderos discípulos, aprendiendo la pedagogía del Maestro, especialmente a través del amor. “Hemos pasado de la tiniebla a la luz con Cristo, que nos ha abierto el camino a la eternidad. Cuida este regalo que se te ha dado: la vida eterna”, concluyó.
La celebración continuó con la liturgia bautismal y la Eucaristía, en un ambiente de recogimiento, gratitud y júbilo por el triunfo de la vida sobre la muerte.
Durante la liturgia, se proclamaron las lecturas tradicionales que recorren la historia de la salvación, desde el Génesis hasta los evangelios, culminando en el anuncio gozoso de la resurrección del Señor. En su homilía, el obispo Tomás Carrasco destacó que la Vigilia Pascual es una celebración que nos revela el paso de las tinieblas a la luz, recordando el paso de la esclavitud a la libertad, y del sepulcro vacío a la promesa de vida eterna.
“Con mucha, mucha alegría nos encontramos en esta noche, una noche especial. No solamente porque tenemos doce bautizos, sino porque celebramos lo que hemos esperado estos días: la resurrección del Señor”, expresó el obispo al iniciar su predicación.
Carrasco centró su mensaje en la figura de Abraham y su acto de fe en el sacrificio de Isaac, como símbolo del abandono confiado en Dios, y lo vinculó con la entrega de Jesucristo como el Cordero Pascual. “La vida del hijo de Abraham ha sido reemplazada por un cordero que después simbólicamente es Jesucristo, que se sacrifica por todos nosotros y derrama su sangre para salvarnos”, explicó.
El prelado hizo un llamado a los fieles a no dejar pasar la oportunidad de recibir la salvación que Cristo ofrece. “Les anuncio una gran alegría: las puertas del cielo están abiertas para ti, para mí. Dios ha vencido la muerte y tú tienes vida eterna, pero tienes que acogerla”, insistió.
Finalmente, alentó a los presentes a vivir como verdaderos discípulos, aprendiendo la pedagogía del Maestro, especialmente a través del amor. “Hemos pasado de la tiniebla a la luz con Cristo, que nos ha abierto el camino a la eternidad. Cuida este regalo que se te ha dado: la vida eterna”, concluyó.
La celebración continuó con la liturgia bautismal y la Eucaristía, en un ambiente de recogimiento, gratitud y júbilo por el triunfo de la vida sobre la muerte.