En el templo Catedral de Calama se celebró la Misa por el Día Nacional del Profesor, una ceremonia organizada por la Vicaría para la Educación de la Diócesis San Juan Bautista, que reunió a docentes de diversas unidades educativas de la comuna, además de la directiva del Colegio de Profesores filial Calama y representantes del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Lickan Kabur.
La Eucaristía fue presidida por el obispo Tomás Carrasco Cortés y concelebrada por los sacerdotes Javier González, Nicolás Sosa y Ricardo Contreras, junto a diáconos de la diócesis. Durante su homilía, el obispo Carrasco invitó a los presentes a reflexionar sobre la vocación docente a la luz del pasaje evangélico del camino de Emaús, presentándolo como una “pedagogía del acompañamiento”.
“Un educador es un compañero de camino. No es simplemente quien enseña contenidos, sino quien forma personas, acompaña, escucha y ayuda a descubrir el sentido de la vida”, expresó el pastor diocesano, destacando el papel humanizador de los profesores, especialmente en contextos donde la escuela se convierte en el principal espacio de contención y esperanza.
Asimismo, el obispo subrayó que educar es un acto de esperanza, citando al Papa Francisco, e instó a los docentes a seguir siendo “memoria viva de lo que es posible”, animando a los estudiantes a no rendirse y a confiar en su propio valor.
Monseñor Carrasco agradeció por las redes que se han extendido en Calama, sobre todo en las clases de religión. «No puedo dejar de mencionar la Vicaría de la Educación Católica que ha realizado un trabajo constante de unidad, a los pastores y educadores evangélicos por la apertura a trabajar juntos, a la Dirección Provincial por creer en este proyecto y apoyarlo, a las autoridades de SLEP por su disposición y atención manifestada cada vez que lo hemos solicitado».
La celebración concluyó con una oración por todos los educadores de la comuna, pidiendo al Señor que les conceda “la paciencia de Jesús, la sabiduría del Maestro, la fe del sembrador y la esperanza del Resucitado”, reconociendo así su vocación como una misión transformadora al servicio de la comunidad.